En el corazón de la Región Autónoma de Madeira, la producción de anona ha enfrentado desafíos sin precedentes debido a los cambios climáticos, que han comprometido la fructificación natural y disminuido significativamente los rendimientos agrícolas.
Manualidad en la lucha contra la caída productiva
Para contrarrestar la escasez de polinizadores y las variaciones bruscas de temperatura y precipitación, el Gabinete de Ingeniería y Servicios de Biosseguridad Agrícola (GESBA) ha implementado la polinización manual de las anoneiras. La técnica, que consiste en la transferencia directa de polen entre flores, garantiza la fertilización y el desarrollo regular de los frutos, replicando métodos que ya se aplican en regiones como Granada y Málaga.
Un patrimonio DOP en riesgo
La anona de Madeira, distinguida con Denominación de Origen Protegida desde 2000, cuenta con una tradición agrícola de siglos y está adaptada a las condiciones singulares del suelo y del clima insular. La intervención manual surge como medida de emergencia para preservar la calidad y el volumen de una cultura de gran relevancia económica y cultural para la región.
Estrategias regionales y perspectivas futuras
Esta iniciativa forma parte de un conjunto más amplio de planes estratégicos regionales, que incluyen jornadas técnicas, programas de investigación y formación de agricultores. Recientemente, en la Escuela Agrícola de Madeira, en São Vicente, se llevaron a cabo sesiones de intercambio de conocimientos para fomentar la adopción de buenas prácticas y asegurar la sostenibilidad a largo plazo de la cultura de la anoneira.
Con esta respuesta técnica, Madeira refuerza la conexión entre la adaptación a los cambios climáticos y la preservación de las herencias agrícolas, señalando un futuro en el que la intervención manual se mantenga esencial para mantener la vitalidad de cultivos endémicos como la anona.